Transcripción:
Angélica Daza: Estás escuchando Pensamiento Espiral conducido por Juan Diego Beltrán y Angelica Daza. Bienvenidxs al podcast Pensamiento Espiral. Mi nombre es Angélica Daza, acompañada de mi co-host Juan Diego Beltrán, que gusto poder ya estar en este espacio que tanto soñamos con Juan Diego.
Juan Diego Beltrán: Así es Angélica la verdad yo estoy muy contento. Este es un podcast que veníamos pensando desde hace un buen rato y por cosas de la vida pues ahora se está pudiendo materializar al fin. Y, pues es como siempre un gusto estar acá pudiendo conversar contigo y tratar de transmitir algunas ideas en este espacio el día de hoy.
Angélica Daza: Claro, pues obviamente, como es nuestro primer episodio, estamos un poquito nerviosos. Hay un poquito de tensión aquí en el ambiente, pero nada osea fluir. Estamos muy, muy contentos de que por fin se pueda materializar este espacio para que podamos, pues, expresar todas las cosas que tenemos aquí planeadas. Entonces, bueno. Bienvenidísimos espero que les encante que lo escuchen que hagan el aseo acá escuchándonos en nuestras ideas locas. Y bueno, empezamos esta conversación.
Juan Diego Beltrán: De acuerdo. Pues, para empezar importantísimo, pues presentarnos un poquito. La idea sería contar un poquito. Pues, no solo quienes somos sino más allá de eso, cómo llegamos a este espacio que fue lo que nos llevó a tratar de pensar un podcast con este nombre con estas ideas, con este concepto que ojalá resuene con ustedes. Entonces, pues, para empezar, de pronto escucharte a ti, Angélica contar ¿qué fue lo que te trajo a ti, qué fue lo que te llamó la atención para empezar a moverte y generar un contenido como este?
Angélica Daza: Bueno, Juan, para empezar, me presento ya a contar un poquito más sobre mí. Bueno, me llamo Angélica. Yo soy administradora de negocios internacionales de profesión. Ya se darán cuenta un poco de que me distancio y soy un poquito opuesta a esto que me representa en mi carrera. Sin embargo, la vida me trajo a trabajar ahorita en la educación. Soy profesora de inglés en un colegio. Le doy clase a niños de sexto, séptimo y octavo. Esto es lo que ahorita está como representándome a mí y lo que está guiando mi camino en este momento. Y ya respondiendo tu pregunta de que me trajo acá a empezar este proyecto. Este podcast junto a ti fue un poco, este tema que nosotros, Juan Diego y yo hemos tenido un montón de conversaciones y hemos estado hilando desde 2020 que fue todo este año caótico, muchas ideas y muchas conversaciones, cosas muy bonitas que entre él y yo siempre decíamos deberíamos grabarnos. Deberíamos grabar todas estas conversaciones tan interesantes que tenemos y un día le dije yo a Juan grabemos, hagamos un podcast y desde que nació esta idea, hemos estado tratando de darle un poquito más de forma de que es lo que realmente queremos transmitir, cuál va a ser el tema qué cosas vamos a conversar y empezamos a trabajar en esto y ya por fin llegamos al momento en el que es el momento de grabar de actuar. Y me encanta porque por fin vamos a poder empezar a compartir estas ideas tan maravillosas que salen de nuestro ser y de nuestro corazón.
Juan Diego Beltrán: Qué bonito todo eso que dices, Angélica, por mi lado. Bueno, yo, en cuanto a mi formación, estudié relaciones internacionales en el Tec de Monterrey en Ciudad de México. Si me mantengo todavía de alguna forma conectado a esa formación, a diferencia angélica, con lo que comentaste ahorita de tu caso con administración, pero también ha sido que es lo que me ha traído, sobre todo a las ideas que ahorita vamos a empezar a presentarles y a comentar con ustedes. Es pues, las experiencias de vida frente a muchos temas como el trabajo, la salud emocional, la salud mental, la felicidad, el propósito, el sentirse conectado o desconectado también de la sociedad por muchas cosas. Y ha sido una serie cuestionamientos sin querer adelantarme lo que vamos a hablar ahorita, como nuestro tema central de hoy, pero muchas cosas y experiencias límite que me llevaron a cuestionarse la forma en la que vivo, la forma en la que vivo en esta sociedad, muchas cosas del sistema y sobre todo, además de cuestionar, y ese es el impulso que nos tras este podcast es como tratar de propulsar ya esas ideas para concretarlas en acción, como dijiste, hace un momento, ¿Que hacemos con todos estos cuestionamientos que hemos visto que son comunes en muchas personas? ¿Cómo hacemos que la gente también piense en este tipo de ideas? Cómo de pronto las personas que están pasando por momentos también de cuestionamiento duro o de crisis, pues puedan encontrar algunas alternativas o ojalá las respuestas que a mí en algún punto me hubiera gustado escuchar cuando me sentía muy, muy perdido, no diciendo que ahora me haya encontrado. Pero si diciendo que, pues es algo que de pronto a mí me hubiera gustado escuchar o me gustaría escuchar incluso hoy en día. Esa es básicamente la razón por la que estamos aquí en este momento. Pues, porque ¿Por qué nos llamamos pensamiento espiral? Porque decidimos ponerle este nombre. No sé si de pronto Angélica te gustaría contar tú que entiendes sobre ese concepto. Pues a ti fue la que se te ocurrió la idea literalmente de ese nombre tan bonito que tiene tanto significado que es tan diciente entonces, chévere, escuchar cuál es tu entendimiento de esa idea.
Angélica Daza: Gracias, Juan. Sí, empezar obviamente comentando ¿Por qué nos llamamos pensamiento espiral? De dónde sale este nombre maravilloso que es tan profundo. Pero como que no se entiende tan profundamente de primera mano. Yo llevo ya un camino con medicinas indígenas. Yo empecé probando lo que es el yopo que después obviamente esto da para un episodio completo. Pero todo este acercamiento a lo ancestral a lo indígena. Me ha llevado a conectarme mucho con la madre tierra y a pesar de que esté, es un concepto que ya existe, que es de una persona que se llama Víctor gavilán, que, pues ya Juan nos va a contar un poquito sobre lo que él entiende por pensamiento espiral de mi lado, lo que es pensamiento espiral se trata de que el mundo está conectado de que hablamos de colectivo, hablamos de individual, pero todo es un ciclo, tanto en la naturaleza como en la vivencia humana. Nos vemos repitiendo el pasado. Nos vemos en un ciclo sin fin que lo vemos también en la naturaleza y los indígenas también lo ven desde su forma de vida desde su cultura, como todo está conectado en la cosecha en los ciclos de la naturaleza. Y para mí es un poco que la mente funciona como la madre tierra, como la naturaleza, que el flujo de pensamientos es cíclico, que más que ser lineal y como nos lo han transmitido de siempre somos parte de la naturaleza y por eso funcionamos como ella. Así lo veo yo.
Juan Diego Beltrán: Qué bonito la verdad. Estoy completamente de acuerdo para complementar eso, que me parece que es una base súper sólida para empezar a hablar. Y también relacionándolo con el propósito de este podcast, para explicar por qué existe qué queremos lograr con esto yo hace un momento que hablaba como de esas crisis de cuestionamiento y demás, pues se van a dar cuenta incluso también hacer la aclaración mientras que vayamos hablando, se va a notar mucho la formación de cada quien en la forma en la que cada quien se expresa. Y eso también es parte de lo bonito de cómo se van hilando estas conversaciones. Pero como yo lo he visto, y cómo relaciono y cómo aterrizamos este concepto del espiral es precisamente que, pues, por muchos años más o menos 500 años desde que empieza a consolidarse el sistema donde vimos ahorita lo podemos llamar capitalismo, poco a poco, esta se ha consolidado como la única alternativa de cómo podemos vivir nuestras vidas en torno al trabajo, en torno al consumo, en torno a la acumulación, a la compra y demás viéndolo ya sea con una connotación positiva negativa como cada quien lo quiera ver. Pero el punto es que nos hemos enfrascado mucho en creer o entender al capitalismo como lo único que queda, la única forma de pensar, la única forma de vivir y hacia lo que tenemos que aspirar.
Pero pues, para muchos de nosotros, eso no es así. No resonamos tanto con ese sistema y eso nos lleva a crisis. Eso nos lleva a problemas de salud mental como mencionaba hace un rato, nos lleva a tristeza, nos lleva a cuestionarnos, nos lleva a querer buscar una vida que tenga un significado distinto. Pero mientras que todos los pensamientos y los modelos de pensamiento siguen orientándose a esto, pues se ha limitado el horizonte, de lo que nos podemos soñar de lo que podemos imaginar. Ha estado la alternativa también de socialismo y demás. Pero pues, por diferentes razones, esa ha terminado también muy desvirtuada, y lo que vemos hoy en día es que la crisis ambiental, que también es una de las razones principales que nos lleva a querer movernos de manera oportuna con este podcast es básicamente el pensar que los límites de este sistema, pues ya se están empezando a notar en cómo impactan a la tierra y en ese sentido, es muy necesario empezar a volver a soñar con otras utopías viendo a el capitalismo como algo que en algún momento debió haber surgido como la necesidad de querer que la gente viviera de la mejor manera posible como una utopía en sí misma, una forma ideal de concebir la organización de la sociedad.
Estamos viendo que tiene sus límites. Estamos viendo que está empezando a tender hacia ciertas crisis, que hay personas que cada vez resuenan menos con ella o que están siendo dejados atrás en temas de desigualdad de pobreza y demás. Y por eso es bonita la idea y a lo que también queremos apuntar con todo esto es a soñar con estas alternativas, okey, el capitalismo existe. Pero qué más hay, qué otras cosas nos podemos permitir imaginarnos para crecer como especie como colectivo para trascender lo individual para ver mucho más allá y pensarnos de que otra forma podemos vivir nuestra vida fuera de esta dinámica de comprar y consumir y trabajar y seguir consumiendo, pues, en un ciclo sin fin que conduce como hasta el final de la vida misma. Y acá es donde también aterrizamos y conectamos todo con el concepto de la espiral. Como decía Angie hace un momento, está este investigador Víctor gavilán. Él ha trabajado con las comunidades mapuches y trata de entender cómo ese pensamiento filosófico de ellos que siempre apunta a la espiral. En contraposición, sobre todo como a el pensamiento lineal, que a que nos referimos con el pensamiento lineal, pues a verlo todo desde las dicotomías como blanco- negro, derecha- izquierda, socialismo- capitalismo, felicidad- tristeza, vida- muerte, que son cosas que las ponen mucho en oposición en contradicción. El pensamiento espiral lo que propone es, como decía Angie justamente, al ser productos de la tierra también que tiene sus ciclos, los ciclos lunares, los ciclos de fertilidad, los ciclos del océano, pues pensar en esos esquemas que trascienden, limitante que tiene el pensamiento racional estricto de pasado, presente, futuro a verlo como una cosa que está en movimiento constante como un círculo que se va retroalimentación de lo cual el pasado, el presente y el futuro, están pasando siempre de alguna forma. Y además de eso, para no verme tan metafísico, soñarnos las cosas al ser una figura más circular, más holística es entender las problemáticas no sólo como fenómenos aislados, como algo individual que no impacta lo demás, sino algo que está retroalimentado entre sí porque es un ciclo que hace parte del todo, es entender las dinámicas de todo lo que nos afecta, no solo con una perspectiva individual, sino como algo muchísimo más grande que hace parte de este todo y que nos impacta a todos de diferentes maneras. Y acá me parece súper importante porque, como decimos, este es obviamente es pensamiento indígena, pero el termino ya más acuñado de pensamientos espiral se lo podemos atribuir un montón al investigador que menciono Víctor Gavin, y me gustaría leer una cita que resume bastante bien lo bonito de lo que es el espiral, en la naturaleza y en el universo. Entonces nos dice: la espiral es una elocuencia en sí misma. Es una figura hermosa, ella integra todas las partes del todo por igual. El cosmos es una espiral que se expande como un globo dibujado con pequeños planetas, galaxias y manchas negras por todos lados. Las espirales están en todas partes, el ácido en el ADN que es la esencia genética de la vida está formada por millones de cintas espirales. Las Conchitas del mar del golfo de Arauco todas tienen dibujos en espiral y también las maderas nativas de la Araucanía y de la Amazonía muestran una variedad sorprendente de figuras espirales.
El viento y los tornados juegan a los espirales. Los terremotos y tsunamis de Chile son la expresión de los acomodos, renovaciones y autorregulación de la naturaleza que también adopta forma cíclica en espiral. Nada se escapa de la espiral. La vida es una curva en espiral y la muerte, el término de un ciclo para pasar a otro superior de la misma espiral que continúa con su expansión como un cosmos en miniatura. El pensamiento en espiral es la respuesta positiva para resolver los problemas no resueltos y pendientes del siglo XX. Entonces, esta es una alternativa. Literalmente es una alternativa a la forma en la que se nos ha enseñado a pensar a imaginarnos la vida, imaginarlos todos los fenómenos que nos rodean y de pronto también para construir soluciones desde esto que sobre todo y hacer mucho énfasis en eso, el pensamiento indígena y la tradición ancestral como un conocimiento que siempre ha estado ahí y del que nos hemos perdido, pero que podría ayudarnos a encaminar los esfuerzos de la sociedad, sobre todo en muchos sentidos del cuidado de la madre tierra hoy en día.
Angélica Daza: Claro y como tú, muy bien, lo dices en esta cita de Víctor, todo en la naturaleza tiene esta forma espiral. Todo se ha formado naturalmente con este patrón precioso y perfecto de la espiral. Entonces pensarnos fuera de esta espiral es ilógico. Nuestra mente, nuestro cuerpo, todo en nosotros hace parte de esta espiral. Entonces, por eso pasa que este pensamiento lineal es tan ajeno a nosotros, como que no, no pertenecemos, no funcionamos de esta manera. Entonces es un poquito la invitación a regresar a lo que es natural para nosotros desde nuestro cuerpo, nuestra genética, nuestro origen de la madre tierra, que esto es algo que nuestros pueblos originarios lo tienen bastante claro. Y por eso su cultura gira en torno a todo este tema del espiral, a que todo es cíclico, a que el inicio es el fin y el fin es el inicio. Por eso ellos ven la muerte y la vida como algo complementario y no antagónico.
Juan Diego Beltrán: Totalmente. Esa es la propuesta principal. Por eso llamamos el podcast así para entender las cosas de una perspectiva, no tan encerrada como en lo que se ha enseñado desde el pensamiento, pues seamos honestos, pues muy europeo, muy racionalista, muy occidental y permitirnos, pues, construir soluciones desde nuestras propias raíces desde nuestra propia filosofía, de algo que resuena con nosotros como un llamado ancestral de hace siglos y que está en nuestro código genético todavía. Y muy importante también porque romper o ir más allá del pensamiento lineal, pues el pensamiento lineal también es el que nos ha enseñado a entender incluso la economía y la sociedad como este cúmulo de cosas que siempre tienen que tender hacia el progreso hacia al crecimiento y ese crecimiento hacia dónde irá a parar en una tierra que tiene recursos limitados. Que también está sujeta a tiempos y cíclicos, como hemos dicho, de renovación cuando se acaben los combustibles fósiles y se toma muchísimo tiempo en regenerarlos. Que pasa si seguimos en este pensamiento lineal de que todo tiene que tener a el crecimiento sin límites, pues probablemente hacia un colapso como lo estamos empezando a vivir.
Hay muchos lugares del planeta que por esta devastación y ese pensamiento que no tiene límite y que solamente va hacia adelante sin entender el pasado sin entender el presente y solamente proyectándose a crecer desmesuradamente. Pues es cuestionamos hacia dónde podemos llegar con eso. Reconociendo esta amenaza de lo que puede pasar en 2030 con el cambio climático, como empezamos a pensar de manera distinta para preservar el presente que también preservará el futuro y preservaría todo lo que viene pasando desde el pasado. Entonces es entenderlo ya en ese modelo circular de respeto por los tiempos de la naturaleza, por el pensamiento de estas comunidades que siguen ahí todos los días, luchando desde lo material y desde lo espiritual para cuidar la tierra y permitirnos, pues pensar en soluciones no tan tradicionales que podrían ser vitales en este momento en el que estamos de pronto muy perdidos algunos de nosotros o varios de nosotros sobre como tratar de aportar desde lo poquito o mucho que podamos hacer para prevenir este tipo de situaciones ambientales, principalmente. Entonces, e interrumpeme cuando quieras Angie pues, la idea es que desde esta visión, que también es un concepto pues muy filosófico que trata de exaltar lo indígena que es un conocimiento hermoso, lleno de verdades lleno de sabiduría. Queremos abordar muchos problemas de los que hoy nos enfrentamos. Entonces el tema de las cosechas, por ejemplo, temas de género, temas de soluciones políticas, temas de cambio climático, temas de alimentación, temas de medicinas ancestrales, problemas de incluso de narcotráfico y drogas como tal, problemas económicos. Bueno, el punto es que esta es nuestra base intelectual, digamos, y filosófica de la cual queremos partir abordar muchísimos temas que hoy en día nos parecen muy relevantes para los problemas que tienen nuestra sociedad. Entonces, es eso partir desde acá para ir conversando porque no, tampoco estamos diciendo que tenemos soluciones ahí clarísimas o que ya sabemos todo, sino empezar a conversar en torno y desde esta visión sobre los problemas que normalmente abordamos desde otra línea de pensamiento.
Angélica Daza: Y el tema es que todo en la vida está conectado. Todo lo que tú mencionas puede parecer aislado. Pueden ser temas que se pueden tocar de manera independiente. Pero lo que queremos nosotros es que encontremos esta espiral en la vida, en la sociedad. Como todo está conectado, nada, nada es excluyente. Realmente la política, nuestra vida, nuestra alimentación, el estilo de vida. Todo está conectado en este espiral que debe verse desde lo macro pero también desde lo micro y eso realmente es lo que queremos hacer nosotros con esta conversación, hilar este espiral de nuestra vida de nuestra vivencia de cómo desde nuestras experiencias podemos encontrar pequeñas soluciones porque como lo dice Juan también estamos aquí tratando de encontrar una razón de ser, un propósito. El punto de todo esto es que la espiral nos muestra la conexión de todo el universo. Después tenemos la tierra y después tenemos la sociedad y tenemos la vida de cada ser y de cada individuo, pero todo es uno solo.
Juan Diego Beltrán: Totalmente. Me parece que ésa es como una introducción precisa, espero yo de lo que entendemos por este concepto de espiral. También de explicar qué, pues todo esto viene de muchas crisis de cuestionamientos y precisamente hablando de esos cuestionamientos, qué es el tema central de hoy además de presentar, qué es el podcast obviamente, a modo de introducción, pues me gustaría entrar precisamente en nuestra conversación central del capítulo que es nosotros. Partimos de la premisa de que. Obviamente, hay cosas que pueden estar bien en nuestras vidas. Muchas cosas están bien desde aspectos familiares hasta laborales hasta personales, pero al menos para mí, y bueno, no quiero hablar por Angélica, pero creo que en eso estamos de acuerdo ambos y ahorita ya nos contará también. Desde diferentes puntos de nuestra vida siempre sentimos que algo estaba extraño, que algo faltaba, que algo estaba un poquito roto que nos hacía ruido y a lo que queremos como tratar de conversar hoy ahorita para ya sentarlo a una pregunta muy precisa que quisiera hacerte Angie es sintiendo que siempre hubo algo que nos hizo ruido y que después detonó un montón de cuestiones que nos hicieron pensar de manera distinta al mundo, soñar de manera distinta al mundo, criticar muchas de las cosas que están pasando ahorita desde la crítica constructiva, obviamente. Me parece a mí que hubo un detonante. Siempre tuvo que haber habido algo, una cosita que nos hizo ruido de un momento inicial y que eso después devino un efecto, así como de bola nieve avalancha que se fue creciendo y multiplicando hasta hacernos replantear nuestra forma de ser nuestra forma de relacionarnos nosotros nuestra forma de entender el sistema, el capitalismo, la educación, muchas cosas.
Entonces, para resumirlo en una pregunta y ya orientarlo a conversar, me gustaría que nos contaras Angie ¿ qué fue para ti esa primera cosita que te hizo ruido? ¿Cuál fué esa primera mancha en tu visión qué te hizo cuestionar la realidad en la que vivimos? Y cuando digo realidad, me refiero, pues, al sistema a la forma de nacer, estudiar, trabajar, endeudarse en algunos casos y eventualmente morir. Qué fue lo primero que te hizo decir que hay algo que para mí, como persona, como individuo, como universo, mismo que soy, que es eso que me hizo ruido, que es eso que está mal, que para mí no está bien. ¿Qué fue en tu caso? Cuéntanos un poquito esa historia también para saber más de ti en general y que todos conozcan de dónde sale porque esto igual retroalimenta con la idea de porque estamos haciendo el podcast.
Angélica Daza: Claro que sí. Bueno, Juan, te cuento y le cuento a los que nos están escuchando en este momento. En mi caso, fue una pequeña mancha que se fue expandiendo en todo momento, en toda parte de mi ser, en todo aspecto de mi vida, que muy conectado a este tema de la espiral, todo está conectado, nada es independiente y me remonto a cuando yo era niña, y siempre sentí algo extraño en mí, como que no encajaba y más adelante empecé a pensar ¿Por qué? ¿Por qué? Porque me siento extraña porque hay algo que no encaja en mí a pesar de que estoy cumpliendo con lo que la sociedad me solicita. Estudiar, tener buenas notas, estudiar una carrera que entre comillas es noción de éxito. Empresas, dinero que ya te tiene de alguna manera este certificado que te va a ir bien en la vida, sobre todo si lo estudias en una buena universidad cómo fue en mi caso, que soy muy privilegiada en ese aspecto. Pero a pesar de que estoy cumpliendo con lo que me pide la sociedad, no me sentía bien, no sentía que estaba cumpliendo un propósito de vida. No estaba yo haciendo lo que realmente vine a hacer en este mundo. Entonces empecé a cuestionar y esto va muy de la mano con la salud mental de no sentirme bien.
Esto iba muy en conjunto con sentirme triste, sola, perdida, desorientada. ¿Qué es lo que realmente estoy haciendo? ¿Cuál es el punto de estudiar administración de negocios? Quiero una empresa, quiero seguir con este círculo de consumo, quiero estimular a la gente que consuma cosas y genera necesidades que realmente no tienen por naturaleza. Entonces viene un poco de ahí, de mi salud mental de estar yo pensando hay algo que aquí no me cuadra y no me siento bien en este sistema. Y empezó también con el trabajo, cuando terminé mi universidad y empiezo yo a trabajar en una multinacional que siempre fue mi sueño, realmente era lo que yo siempre había querido y lo que la sociedad siempre me había dicho que es a lo que yo tenía que apuntarle.
Trabajar para una multinacional. Esperar un buen cargo, un buen salario y construir esta vida, familia, hijos, casas, viajes, pero todo en torno a trabajar en algo que en este momento yo veo como algo sin sentido. Vender algo, vender un producto o un servicio. ¿Para qué? ¿En qué estoy sirviendo yo a la sociedad, a mi mundo? Entonces siempre me estuve cuestionando cuál es el punto de que yo estoy trabajando aquí, ¿Cuál es el punto? Porque estoy aquí. Entonces siempre había estado tratando de responderme esta pregunta con excusas. Entonces siempre salía el tema de no, pues es que esto es mientras tanto, mientras encuentro, de pronto una ong para poder trabajar en algo social, en las personas. Entonces ahí me metía con trabajo social. Estuve haciendo voluntariado en el movimiento ambientalista colombiano y siempre tratando de buscar un porqué un más allá, un estoy aquí en esta multinacional, pero estoy haciendo algo más allá, esa excusa.
Y bueno, todo este tema del trabajo me llevó a cuestionar el consumo también de como, ok, yo tenía un salario y no tenía mayores gastos podía comprarme lo que quisiera ropa, comida, pero entre más consumía yo más vacía me sentía y esto se fue haciendo mucho más claro a través del tiempo, como entre más dinero tenía. Y que nunca fue mucho tampoco pues, para una pasante, pero para mí, y empezando mi vida y mi trayectoria, como tener dinero y poder comprarme lo que yo quisiera, no me generaba esta satisfacción, que el sistema y que el mercado y que todo te bombardea siempre qué es la fuente del propósito, de la felicidad del éxtasis. Nunca experimenté esto y fueron mis expectativas caídas también un poco. Entonces, de este punto, tuve la idea gigante de irme de viaje, de hacer un viaje de tirar todo y dejar un poco esta vida por un momento.
Fue un viaje de cuatro meses en los que yo me fui de viaje, estuve conociendo comunidades caminando, encontrando nuevas sociedades. Cuando ya no me sentía bien en un lugar, me iba y fueron cuatro meses en los que dejé todo. Lo que es el consumo iba con poco dinero. Y este viaje me enseñó que entre menos tenía yo, entre menos dinero, entre menos necesidades impuestas, más feliz y más en paz me sentía conmigo misma. Entonces, respondiendo un poco a la pregunta y me regreso, ¿cuál fue el detonante? A pesar de que fueron un montón de cosas interconectadas en este momento, me doy cuenta de que fue distanciarme de este consumo de darme cuenta de que no necesito cosas para ser feliz y que las cosas materiales que puedo comprar y que puedo adquirir están muy, muy en contraposición a lo que yo siento que es mi propósito.
Entonces. En este viaje, me di cuenta de que en el menor consumo que yo estaba teniendo en las pocas cosas que yo podía cargar en mi mochila. Fueron las que me enseñaron mucho y me enseñaron y satisfacieron todas las necesidades que tenía en ese momento y me dieron la felicidad y la plenitud que yo estaba buscando y que ese fue el primer momento en el que yo tuve este éxtasis que siempre nos vendieron a través de comerciales y consumo. Lo tuve yo muy loco a través de no querer ni consumir nada muy grande. Entonces, bueno, con estas ideas y estas cosas un poco complejas, te regresó la pregunta Juan Diego, ¿Qué fue lo que a ti o cuál fue este tonante que te hizo a ti cuestionar esta realidad?
Juan Diego Beltrán: Gracias, Angie. Pues, por mi lado. Yo creo que todos tenemos un diferente detonante, no como el ser universos distintos en ese microuniverso que es la propia mente, la experiencia propia, el contexto donde uno sale.
Pues cada quien tiene sus detonantes distintos que lo llevan a conclusiones un poco similares. En mi caso. Bueno, yo pues vengo de una familia que estuvo relativamente privilegiada desde lo económico durante mi infancia y mi adolescencia. Nunca nos faltó nada. Teníamos la posibilidad de viajar. Yo he vivido en varios países durante, pues, mis años formativos entre Colombia, argentina, México, un tiempo en estados unidos y a mi, pues la vida me enseñaba o me mostraba como desde la tranquilidad económica que pues, cosas como que el privilegio estaba bien, que la abundancia que nosotros teníamos siempre iba a estar ahí, que yo tenía que aspirar a lo mismo. Que incluso la pobreza era una situación mental, realmente una cuestión de actitud más que un problema sistémico de desigualdad, y de falta de oportunidades. Entonces yo tenía una perspectiva muy limitada, muy, muy limitada en la que yo decía cómo el dinero de mi familia nunca me va a faltar, yo voy a estar bien. El aspirar a tener dinero es lo bueno. Y las personas que no lo tienen, pues es porque están perdidas, porque no saben cómo hacer las cosas desde una perspectiva muy arrogante y muy tonta. Francamente, hoy un día la veo así. Y, ¿Qué pasó?
De un momento a otro en mis últimos años de colegio también pues en un colegio con todos los privilegios de la élite de Bogotá. Todo ese castillo de naipes que yo había creído que era un cimiento sólido. Se cayó de la nada. Mi papá había trabajado toda la vida para una multinacional donde él había hecho su carrera. Llevaba más de 15 años trabajando y tan de la nada como llegó simplemente lo sacaron de su trabajo, lo echaron sin ningún tipo de consideración. Lo llamaron a una reunión que no duró más de una hora, donde después de todos esos años de trabajo y de entrega y de conectar su propósito de vida con la visión de la empresa, solamente lo sacaron. Sí. Y por hablar muy coloquialmente, lo echaron como un perro. La verdad. Y en ese momento fue que todo ese privilegio, toda esa certidumbre que brindaba lo económico. Se fue al piso, se cayó durísimo y yo era, pues, muchas preguntas como bueno, y ahora dónde voy a estudiar qué va a pasar con nosotros que va a pasar con mi papá con las deudas que haya, ¿Cómo vamos a hacer para salir adelante de esto?
Y yo todavía no tenía, todos los conceptos y las palabras, el lenguaje y las nociones para entender por qué algo así podía pasar. Una persona que había dedicado toda su vida de manera super leal, de manera súper dedicada a una empresa. Podían echarlo así como si nada pasara a ser un número más. Entonces yo era como realmente ¿Dónde quedó lo humano? ¿Quién era mi papá para esta empresa? ¿Que somos realmente nosotros para la empresa? En ese caso yo lo entendí así como un engranaje, un engranaje que mantiene en funcionamiento una máquina más grande, pero que si ese engranaje, pues por alguna razón deja de funcionar, solamente se reemplaza y el engranaje original, pues queda descartado y su valor solamente está dado en torno a que tanto puede producir o a que tan funcional es para una sociedad.
Pues allí hubo momentos pues, esta situación se siguió repitiendo. El buscaba opciones laborales, pero muchas se caían. Muchas se cerraban situaciones muy similares a la primera y ese mundo que a mí me habían vendido como que era, pues trabajando desde la publicidad era como la publicidad como una forma de presentarle la felicidad a las personas y demás no era más que una pantalla de humo para solamente vender y para beneficiar a algunas pocas personas. Y sobre todo, la gran revelación fue como la plata no determina nada del valor de las personas. La plata no significa absolutamente nada. Es algo que puede estar un día y que definitivamente se puede ir al otro más en las dinámicas que vemos ahorita. Por ejemplo, la pandemia le habrá mostrado esta lección a muchas otras personas. Desafortunadamente, pero fue eso. Yo me di cuenta de que el privilegio es algo que se puede caer. Me di cuenta de que nosotros no somos nuestro dinero. Nuestro dinero se puede ir por las razones que sean y la vida va mucho más allá de eso.
Entonces, después, a raíz de eso, fue como empezar a cuestionar, empezar a perder amistades que me di cuenta que me habían percibido únicamente por la posición que tenía mi papá o la posición que podía llegar a tener yo, como hijo de él, básicamente no por nada mío realmente tampoco. Entonces, en el momento en uno empieza como su forma de vida hasta ese punto, se empieza a caer. Uno se da cuenta de que hay muchas ilusiones, hay mucha falsedad. Hay amigos que realmente no eran tan amigos. Hay personas que estaban ahí más que nada por interés o por comodidad o apariencias. Y en ese momento en el que uno se empieza a sentir solo y empieza a caer en un punto bajo. Se da cuenta de que un sistema que te puede poner en una situación así tiene algo que no está tan bien.
Entonces, pues, a raíz de eso y siguiendo ahí como con esa historia, yo empecé a cuestionar como mucho más el tema del consumo, mucho más el tema del estatus, mucho más el tema de las apariencias. Tuve la oportunidad de estudiar en una buena universidad también. Gracias a becas y a trabajar mientras estudiaba. Pero cada vez y muchos profesores que me topé en la vida me fueron enseñando y dandome muchas más herramientas para entender, qué era lo que a mí me hacía ruido del sistema. Primero, pues fue una sensación súper visceral. ¿Como a mi papá le pueden hacer esto? ¿Cómo está pasando esto? ¿Cómo esto es posible? ¿Qué es esto? A entenderlo de una perspectiva mucho más desde la estructura de porque hay desigualdad de porque existen trampas de pobreza de por qué la pobreza no es una actitud mental o un comportamiento como yo creía cuando era adolescente sino una falta de oportunidad, es una falta de educación, porque la educación está limitada a la población que la puede pagar. Entre eso muchas otras cosas, experiencias laborales que creo que también esas admiran un propio capítulo de mis experiencias después de la universidad en una organización internacional que me mostró lo podrido literalmente, la corrupción no solo política, sino de todas estas organizaciones internacionales de la supuesta diplomacia que está haciendo cosas por salvar el planeta tierra y que también es parte de esa cortina de humo.
Esa ilusión que nos venden de estructura y de bienestar que realmente como yo lo he empezado a entender, no está ahí, pero resumiendo entonces, ¿Qué fue eso primero que me hizo daño que me hizo ruido sobre todo? Fue el ver a mi papá sufrir, ver a mi papá llorar porque no sabía cómo nos iba a dar de comer al día siguiente. Después de esta situación en la que su valor, pues quedó determinado por si tenía un trabajo o no. Y yo me imagino que. Muchos tendrán situaciones así. Yo he hablado con otras personas y con otros amigos, y ellos cuentan que cosas tan pequeñas como un viaje en el transporte público fueron suficientes para encontrar ese primer dominó que se cayó y que fue dando efecto a esa reacción en cadena que los hizo decir este sistema no está funcionando tan bien.
Angélica Daza: Y muy bonito, porque así, sin querer Juan y yo no habíamos hablado de esto antes y escuchándote todo lo que decías como que se alinea mucho con lo que a mí me sucedió y que tiene mucho que ver con estas conexiones en espiral que tus experiencias que vienen de unos detonantes determinados también están muy conectados a mis experiencias y a las cosas que me hicieron ruido a mi en su momento. Y así como a nosotros nos hicieron ruido, probablemente ustedes tendrán detonantes y tendrán pequeñas cosas que se conectan muchísimo con cosas que hemos mencionado nosotros en este momento. El trabajo, el consumo, el dinero, la posición, esta idea de felicidad. Entonces también es una invitación para que ustedes reflexionen sobre que todos somos uno. Y qué fue esto también que o que ha sido esto o qué es esto que ustedes tienen en mente y que los está haciendo cuestionar este sistema y esta sociedad.
Juan Diego Beltrán: Exactamente. Sí, tal cual esa es la invitación. Por eso queríamos hacer esta primera conversación a partir de que de pronto hay personas que hay muchas cosas que les hacen más sentido, pero de pronto hay alguna cosita chiquita que les está generando tristeza o les está generando preocupación en las noches. Entonces es preguntarse ¿Qué es esa primera cosita? Qué es eso que en su día a día, ustedes dicen esto no está bien, de pronto ver niños pidiendo plata en la calle de pronto el tema del COVID y las cosas que nos ha mostrado sobre el país de pronto la violencia de pronto la corrupción, de pronto el que algunas personas tengan comida y otras no pueden ser muchas cosas o puede ser algo tan chiquito o tan grande como el dolor de un ser querido, la enfermedad, la pobreza. Entonces, la idea es eso, pregúntese, y esa es como la reflexión de cierre que nos gustaría como invitar y dejar en este capítulo es, pregúntese, tómense cinco minutitos para preguntarse qué es eso que ustedes les parece que es una fuente de tristeza que es eso que ustedes consideran que les hace ruido de este sistema, de este orden en el que nosotros vivimos, porque quizás haya algo o quizás no haya nada, pero no perdemos nada con cuestionarlo.
Angélica Daza: Y cómo también ¿Qué cosas podrían cambiar ustedes para empezar a transformar esta utopía rota o esta utopía imperfecta? Qué cositas podemos empezar a hacer para mejorar, para transformarla.
Juan Diego Beltrán: Caben esa pregunta indaguen un poquito más y traten de ver hacia dónde los lleva. Esa es literalmente la invitación que queremos hacer en este primer capítulo. Y si rascan y encuentran algo y les lleva mayores dudas a mayores preguntas, pues acá estamos y acá los invitamos a seguir escuchándonos en nuestros próximos capítulos.
Angélica Daza: Claro que sí, Juan fue un placer tener esta conversación tan preciosa a tu lado. Fue un placer abrirme a todas estas personas que nos están escuchando en este momento. Y bueno, con esto cerramos este espacio precioso. Maravilloso que creamos y mucha gratitud.
Juan Diego Beltrán: Así es. Gracias a todos por escuchar y nos vemos en una próxima emisión.