Descripción:
Angélica: Estás escuchando pensamiento Espiral La danza del cóndor y el águila.
Juan Diego: El mundo andino transmite su sabiduría a través de historias y animales. Para ellos, cada animal cuenta con cualidades y conocimientos de los cuales el ser humano debe nutrirse, si desea caminar hacia el buen vivir en la tierra. Siguiendo el espíritu de esta cosmovisión, en este episodio de pensamiento espiral, te compartimos una historia corta inspirada en la leyenda andina del colibrí de oro.
Juan Diego: Para contar esta historia, estaremos acompañados de papá Yuri Yanapay, hombre medicina y fundador de aldea Yanapay. Una comunidad autosostenible y proyecto educativo enfocado en elaborar nuevas formas de crianza para los niños y niñas de Lamay, un pequeño distrito de alrededor de 5,000 habitantes ubicado en el circuito de pueblos que comprenden el valle sagrado de los incas en Perú. Para entender mejor esta historia, también es importante que conozcas los siguientes términos del quechua: Taita Inti significa padre sol. Pacha significa dimensión. Chacra se refiere una pequeña finca rural dotada de vivienda y terreno para el cultivo y la crianza de animales domésticos. Qori Qente significa Colibrí de oro. Kuntur significa cóndor.
Juan Diego: Y por último, para quienes han escuchado nuestros últimos episodios, está el Quintu que se refiere a un grupo o ramillete de hojas de coca seleccionadas y utilizadas ritualmente para realizar una ofrenda u oración andina en los andes de Perú, Bolivia, Chile y el noroeste de Argentina. Con este conocimiento en mano, escuchemos entonces la increíble historia del colibrí de oro:
Juan Diego: Dice la leyenda que en los tiempos del Tahuantinsuyo, el gran Viracocha escogió tres animales para proteger tres dimensiones de nuestro mundo. Primero se escogió a la serpiente para cuidar el Uku Pacha o inframundo. Después se eligió al puma para cuidar el Kay Pacha o el mundo terrenal. Por último, se encargó al cóndor de guardar el Hanan Pacha, o mundo de arriba.
Juan Diego: A este último se le dio la tarea de comunicar al inca o hijo del sol con el gran Viracocha. Así, cada vez que el inca necesitase hablar con Dios, el cóndor era el único animal al que se le permitiría acceder al Hanan pacha para llevar al cielo los mensajes de la tierra y para traer de regreso los consejos de los dioses.
Juan Diego: Por un largo tiempo, esta triada de animales sagrados desempeñó su papel sin dificultad. Hasta que un buen día, un valiente animal que no fue escogido por los dioses, decidió cuestionar el orden del mundo para encontrar así su lugar en el cosmos.
Yuri: Esa conexión con la naturaleza, en realidad no es algo que tú logres, no es algo que consigas, no es algo que te lo enseñen, Es algo con lo que naces. Es simplemente nacer de un útero de nuestra madre canalizadora, a un útero más grande que se llama madre tierra, pachamama que igual tiene todo y nos alberga, pero todavía estamos en el intento de compartirla, vivir en ella.
Mamá: Qori, ya es hora de salir. Aquí te espero con amor.
Rumi: Pero yo salí primero, mamá, ¿Me viste?
Mamá: Sí, Rumi y lo hiciste muy bien, pero ahora es momento de que tu hermano también venga con nosotros. Ya casi.
Juan Diego: Con un decidido crujido, el cascarón que hasta ese instante había sido su hogar cede y decide liberar al recién nacido colibrí. Al salir Qori se encuentra por primera vez con los ojos de su madre. Por un instante, puede ver en su brillo el amor que lo trajo a la Tierra. Intenta mantener sus ojitos abiertos, pero no es capaz. En la oscuridad una marejada de sensaciones sin sentido lo envuelve. Por primera vez y al mismo tiempo, escucha el sonido del viento, de la quebrada que corre algunos metros de allí, de las ramas que se mecen a su alrededor y de la voz de su hermano que lo saluda inquieto. Por primera vez, siente el frío de la brisa y el calor del nido de su mamá.
Juan Diego: Experimenta el miedo de no entender a dónde ha llegado y se sorprende al sentir cómo su propio cuerpo se mueve. Con mucho esfuerzo, Qori intenta abrir los ojos para descifrar la fuente de todos los sonidos que lo rodean. Pero al hacerlo, se encuentra con una luz gigante y enceguecedora que calienta todo su cuerpo y le obliga a ocultar su pequeña cabeza.
Juan Diego: Incluso en la oscuridad aún puede ver ese mismo destello fulgurante y siente por primera vez el escozor de la curiosidad. Sintiendo la intranquilidad de sus hijos, la mamá toma a ambos pajaritos entre sus alas y con un suave canto les da la bienvenida al mundo.
Juan Diego: La delicada voz hace que Qori se sienta seguro, y uno a uno los sonidos abrumadores se van silenciando. Por primera vez el pequeño colibrí se siente a salvo y se deja llevar por aquel canto que lo arrulla. Antes de caer en un profundo estupor un pensamiento se fija en la mente del recién nacido: algún día volará hasta la fuente de luz que aún lo encandila en la oscuridad.
Juan Diego: Qori se eleva a las alturas y apunta su vuelo hacia el sol. Siente un ardor en sus alas, pero nada lo detiene. Mientras más alto llega, más arrecia el viento y con más fuerzas sopla en su contra. Qori vuela entonces con mayor decisión, pero aunque comanda sus alitas para que aumenten la velocidad de sus aleteos, una fuerte corriente se enfrenta directamente contra él y detiene su vuelo.
Juan Diego: Sus alas dejan de batirse y Qori comienza a caer en picada contra la tierra, mientras cae suspendido en el aire Qori mira hacia el sol y ve cómo éste se aleja cada vez más. Antes de golpear el suelo, Qori abre los ojos y se despierta a salvo en su nido. Aliviado mueve sus patitas como para comprobar que está despierto y camina dentro del nido de forma de tacita que su madre se tardó tanto tiempo en construir para él y su hermano.
QORI: Soñé que volaba hasta el Taita Inti, mamá. Ay, hijo. ¿Cuántas veces te tengo que decir que nosotros no podemos volar tan alto? El único animal elegido para visitar al Taita Inti es el Cóndor ¿Y cuando sea grande puedo ser un cóndor?
Mamá: Nosotros somos colibríes, no podemos ser cóndores, y eso no tiene nada de malo. Lo importante es que me prometas que nunca vas a intentar volar hasta el sol.
Juan Diego: Es peligroso para nosotros.
Rumi: Ni siquiera sabes volar y ya quiere ser un cóndor.
Juan Diego:Su hermano Rumi le dice en tono burlón. Mientras que revolotea presumido alrededor del nido, Qori esconde su cabeza avergonzado. Sintiendo la frustración de su hijo, la madre lo acaricia con su alita y vuelve a hablar.
Mamá: No le hagas caso a Rumi.
Juan Diego: A mí también me tomó un tiempo descubrir el truco para volar. Ven Qori, no te desmotives, hoy es otro día y vamos a volver a intentarlo.
Juan Diego: Qori asiente y mira su mamá agradecido. El pajarito da un brinco y se sube al borde de la tacita. Imitando los movimientos de su madre, comienza a agitar sus alas e intenta alcanzar la mítica velocidad de los colibríes.
Juan Diego: Por un momento parece que lo va a lograr e intenta flotar, pero luego pierde la coordinación y cae torpemente al interior del nido. Qori escucha la risa de su hermano y la de sus amigos que siguen revoloteando y se ríen de él.
Rumi: Qori se va a hacer famoso en todo el bosque: el único colibrí que no sabe volar.
Yuri: Nada es de afuera para adentro, todo es de adentro para afuera, porque ya nacemos con eso, por quién o qué sea la fuerza amorosa que nos envía a esta pacha, a este mundo. Pues no nos envía vacíos, nos envía llenos de sabiduría llamada instinto, llamada percepción, llamada intuición. Toma tu lugar.
Juan Diego: Guiado por una fuerza desconocida, Qori salta de nuevo y se posa en el borde del nido. Respira profundamente, cierra los ojos y sin pensarlo, salta al vacío.
Juan Diego: Como en su sueño, Qori comienza a caer por el aire y aunque siente miedo, bate sus alas más y más rápido.
Yuri: Y lo que sucede es que muchas veces no solemos desarrollar esta sabiduría por todos los miedos, qué es totalmente comprensible, porque hemos pasado mucho tiempo de violencia de guerras y aunque vamos avanzando todavía hay mucho que mejorar.
Juan Diego: En el instante en el que su madre va a abalanzarse para rescatarlo, qori reaparece propulsado a toda velocidad, su mirada dirigida hacia los cielos. En su ascenso, el colibrí alcanza a escuchar la voz agitada de su madre que le dice: vuelve a casa cuando el cielo se empieza a poner oscuro y no hables con humanos. Los demás colibríes vuelan tras él, pero por más que intentan alcanzarlo, el pequeño vuela más rápido que ellos y desaparece entre las nubes.
Juan Diego: Qori Sube y no deja de subir. Cuando siente que ya adquirió suficiente altura, se detiene y flota en el aire con tranquilidad. Frente a sus ojos se extiende inmensa la tierra. Qori observa toda la vida que fluye a su alrededor y se pregunta:
QORI: ¿Que es este planeta en el que vine a nacer?
Yuri: En el mundo andino, el planeta tierra, que se llama pacha mama, que en realidad no significa madre tierra, Jallpa mama significa madre tierra en Quechua. Pacha se considera dimensión. Es la madre dimensión porque siempre cambia siempre se transforma. Pero bueno, uno de los principios, básicos que tenemos nosotros es que la tierra y sus elementos y sus manifestaciones son nuestra familia. Desde ese concepto que es el nuevo útero, el útero, donde no estarás ocho o nueve meses, el útero donde estarás el tiempo que tengas que estar en este planeta. Y desde ahí por eso nosotros usamos el mama y el Taita. Taita abuelo, padre, Taita Sacha, abuelo árbol. Taita Waira, abuelo viento. Taita Inti, abuelo sol. Mama quilla, madre luna, mama chasca, madre estrellas. Yacumama, madre río. Pachamama, madre tierra o madre dimensión. Y desde ahí ya empieza un concepto hermoso cuando estás en el colegio y te va enseñando cuidar a la tierra o a el planeta, pues te hablan de las capas de la tierra y te hablan de esto.
Yuri: Nosotros en nuestras escuelas hablemos es tu madre. Y qué bonito este concepto, porque es el primero que conocen: el concepto de mamá, el concepto de papá, el concepto del hermano, de la familia. Por eso en el mundo andino, la naturaleza es nuestra familia, y los consideramos no solamente como seres materiales, sino como seres que tienen una energía, un espíritu o un ayki, una energía de amor.
Juan Diego: Qori se maravilla ante la belleza de la pacha mamá y siente que necesita aprender sobre cada rincón y recoveco de su nuevo hogar. Desde la altura observa una serie de plantas que brillan con la luz del sol y cuyas diminutas flores blancas lo hipnotizan. Sintiendo su estómago gruñir, el colibrí vuela raudo hacia las flores en busca de su néctar. Al llegar, vuela alrededor de las plantas y flota cerca de una de las pequeñas flores. Con mucho cuidado, mete su pico en ella y comienza a beber del néctar. Qori siente que algo especial está pasando en su corazón y se pregunta:
QORI: ¿Que es esta planta que me llena de amor y energía?
Yuri: Nuestra gran planta maestra la mama coca, la hojita de coca que se consume hace más de 2000 años en nuestros pueblos.Y la hojita de coca es una planta maestra porque tiene regalos. Trabaja mucho el femenino. Trabaja mucho al enraizarse, el enfocarse hacia la tierra, hacia abajo. Trabaja mucho en la comunicación, la creatividad, en hablar con el corazón. Cuando tú picchas coca hay un momento en que se te duerme la lengua, y eso significa que ya es tiempo que hables con el corazón, que ya es tiempo de que escuches con el corazón y no con tus heridas del pasado, que todo lo tomes personal. Que ya es tiempo de que empieces a ver con el corazón y no con lo que te han enseñado a juzgar según los modelos y los conceptos de éxito, progreso. Ve con el corazón tu realidad.
Juan Diego: Mientras más recibe el néctar de todas las flores de la mama coca, más tranquilo se siente Qori. La tristeza y la rabia que hace unos momentos había sentido cuando su hermano se había burlado de él, se van disminuyendo con cada sorbito. A medida que las heridas van sanando, el mundo alrededor de Qori comienza a percibirse más luminoso, ligero y amigable.
Yuri: Todo eso se llama visión Florida. Ve como las flores, tu cuerpo, tu templo, qué es lo que se te entregó, tiene dos capacidades recibir y dar, recibir y da, todo el tiempo. Pero ¿Desde donde recibimos? ¿Desde donde recibimos? Desde la inseguridad que nos lleva a la envidia ¿Desde dónde estamos recibiendo? Cada palabra cada cosa, cada manifestación y según como recibas, también vas a dar. Entonces la visión Florida es el purificar, el regresar a tu centro, el enraizarte con ayuda de la madre coca para poder transformar todo eso. En esto de la visión Florida es donde viene mucho del proceso de sanación, de curación en tu vida. Y así un lado, la visión Florido, pues viene el corazón florido. Corazón Florido es cuando tu cuerpo se convierte en un elemento de paz, un elemento de amor. Donde vives tu vocación, no tu ocupación. Donde tu visión, se convierte en misión. Y cuando eso pasa, tu corazón empieza a ser generoso porque ya no vives a la defensiva y el corazón empieza a brillar. Corazón florido. Y bueno, pues después viene la realidad Florida, que quién sabe si llegaremos ya es cuando todo esta en paz…
Juan Diego: Embriagado con el amor de la mama coca, Qori retoma su vuelo y decide esparcir a todos los seres que lo rodean ese amor que le llena el pecho. Va de flor en flor, de árbol en árbol, de animal en animal hasta que se percata de que algo está pasando en el cielo. El Taita Inti que usualmente brilla en lo alto del cielo, parece estar descendiendo y comenzando a desaparecer. Su luz usualmente amarilla incandescente, se ha torna de un color rojizo que pierde fuerza con cada segundo. Una mitad del cielo se ha contagiado de tonalidades violáceas que se difuminan entre las nubes y la otra comienza a llenarse de una oscuridad que se alista para devorar la tierra. En el horizonte de aquel cielo oscuro, Qori observa un círculo perfecto de luz plateada que comienza a hacerse cada vez más grande. El colibrí se eleva por los aires y flota en medio del sol y la luna sin entender qué está pasando.
Yuri: El Yanantin es un principio de vida para mí, una filosofía que significa la dualidad. En todo el planeta hay energía masculina y energía femenina hay un cosmos y hay una tierra hay un arriba y hay un abajo, hay frío y hay caliente. Y todo se debe relacionar.
Yuri: Sin dualidad no hay continuidad. Si los seres humanos entendiéramos este concepto que está en toda la naturaleza, de repente dejaríamos de separarnos tanto entre varones y mujeres. No clasificaríamos tanto. y bueno, así que el Yanantin es algo que es la magia de los opuestos, la complementaridad, y eso nos lleva a poder reconocer que tú eres masculino y femenino como energía, aunque mi contundente sea el masculino y yo tengo mi luna adentro. Tengo ciclicidad adentro, cosa que los varones no reconocemos por miles de años. La ciclicidad, el detalle, el estar tranquilos. Somos más solares más como vamos y solucionemos y movemos. Lo cual es bueno, porque ese es el masculino que también habita en las Warmis en las mujeres y que también en algunos momentos será necesario manifestarlo.
Juan Diego: Con la caída de la noche qori entiende que es momento de regresar con su mamá. En el camino de vuelta, sin embargo, antes de adentrarse en el bosque, el colibrí ve a la distancia, unos seres largos y altos que caminan en dos patas y que parecen estar haciendo algo en la tierra. Mientras se acerca y se pregunta sobre lo que está viendo, la misteriosa voz que le ha venido hablando a lo largo del día le explica lo que está viendo.
Yuri: Es eso, el Ayni. Aquí al frente nuestro. Hay una, un campo de sembradío y hay 10 a 12 personas y todas están recogiendo el maíz seco que ha caído. Y uno podría pensar ¿Cuánto les estarán pagando? No les están pagando nada. Esa es la ley de Ayni. Hoy día, el dueño de ese terreno ha llamado a sus hermanos, ha llamado a sus vecinos, ha llamado a la gente de la comunidad para que lo ayude. Pero de acá a una semana, el dueño de ese terreno estará en terreno de otro, ayudando a hacer algo similar o pues otra cosa que el hermano necesite. La ley del Ayni es una de las leyes, si podemos decir más poderosos ,porque habla del ganar dando. Y lo primero con esto es saber agradecer a la madre tierra. Es por eso que en unos meses en agosto, que ya va a venir el tiempo de sembrar, vamos a hacer diferentes despachos o ofrendas en la madre tierra.
Juan Diego: Los hombres que trabajan la chacra ven al colibrí y lo saludan felices. Qori revolotea entre ellos parando cada tanto para mirar los ojos de los humanos con curiosidad. Antes de retomar su vuelo para entrar al bosque, Qori escucha un aleteo furioso que se abalanza contra él y lo aleja de esos seres. Qori cae al piso y se encuentra con los ojos de su mamá.
Mamá: Te dije que no te acercaras a los humanos. Ellos te pueden hacer daño.
QORI: Pero…
Mamá: No quiero saber más del tema. Si te vuelvo a encontrar cerca de ellos, te voy a amarrar al nido para que no vuelvas a hacer tonterías.
Yuri: En el mundo quechua no existe la palabra malo maldad. Existe la Jucha. Existe la energía pesada solamente. Cuando hablamos de energía pesada, estamos concibiendo una bonita filosofía que está basada en que nadie hereda ser malo, nadie nace siendo malo. Todos nacemos siendo divinos, sagrado porque algo o alguien muy amoroso los envió acá, muy amorosa nos envió acá.
Juan Diego: Qori vuela desorientado entre la lluvia. Las grandes gotas que caen a su alrededor se sienten como un bombardeo. Por más que intenta esquivarlas volando en zigzag, éstas lo golpean con fuerza y se sienten como piedra sobre su pequeño cuerpo. Le cuesta trabajo ver hacia donde vuela o siquiera saber dónde se encuentra.
Juan Diego: Qori intenta regresar hacia el bosque para tomar refugio y buscar a su familia. Pero la tarea se vuelve aún más difícil cuando la caída de varios rayos sobre la tierra lo desorienta aún más. El constante rugido de los relámpagos ahoga todos los demás sonidos de la naturaleza y lo aturde. Sin saber cómo, Qori y logra encontrar un árbol y busca resguardarse bajo una rama.
Juan Diego: Sin embargo, cuando el sonido de otro trueno cercano se disipa Qori, escucha al fin algo que sigilosamente se le ha estado acercando. Detrás de él un hombre sacude un saco tela verde, intenta atrapar al aturdido colibrí. En ese momento, un revoloteo feroz y decidido llega junto a Qori y lo aleja de lo que está por pasar. El pequeño colibrí esquiva a el hombre mientras observa cómo su madre lo picotea para ganarles tiempo. El sujeto confundido deja caer el saco mientras Qori y su mamá se reúnen por un momento.
QORI: Mamá ¿Estás bien?
Mamá: Estoy bien, hijo. Vuela en línea recta tan rápido como puedas y llegarás al bosque. Rumi te espera en ese árbol.
Juan Diego: ¿Y tú, mamá?
Mamá: Yo estoy justo detrás de ti, hijo. Vamos.
Juan Diego: Ambos colibríes vuelan con todas sus fuerzas para escapar del peligro. Qori vuela como nunca antes en su vida. A pesar de los golpes de la lluvia sobre sus alas, no se detienen ni baja su velocidad. En poco tiempo puede vislumbrar el plumaje azulado de su hermano.
QORI: ¡Mamá, lo logramos!
Yuri: Con el tiempo y con el vivir, lo que sucede es que vamos llenándonos, cargándonos de energías pesadas que pueden venir desde la infancia.
QORI: ¿Mamá?
Juan Diego: Asustado Qori regresa su mirada y ve como el hombre sostiene entre sus manos, un saco de tela verde donde algo parece moverse desesperado. Dentro del saco, su madre da un tumbo y luego otro intentando escapar. El hombre golpea la bolsa contra el árbol y ya no se observa movimiento alguno dentro de ella.
RUMI: Esto es tu culpa Qori. Qori alcanza escuchar el llanto de su hermano, pero poco a poco, todo su mundo se vuelve silencioso.
Juan Diego: Todas las noches, Qori tiene el mismo sueño: la lluvia, el saco verde y su mamá. Cuando intenta volar para cambiar el orden de las cosas, una serpiente, un puma y un cóndor le cierran el paso. A veces logra burlar a la serpiente y al puma, pero el cóndor siempre lo detiene el mismo desenlace doloroso se repita. Debido a ese sueño todas las mañanas, Qori se despierta con el mismo dolor en el pecho. Es la tristeza que ahora vive en su corazón desde ese día. Lejos quedaron los días en los que Qori volaba con el deseo de conocer y amar el mundo. Lejos quedó la visión Florida y lejos también quedó esa voz que cuando niño le explicaba el sentido de las cosas. Ahora Qori sólo vuela para alimentarse con lo mínimo que le permite seguir vivo y no habla con nadie, ni siquiera con Rumi.
Juan Diego: Para Qori todos los días se sienten iguales. Nunca pasa nada y todas sus energías se van en tratar de no sentir la tristeza que le embarga el corazón. Una noche, sin embargo, después de vivir el sueño de siempre Qori se despierta derrotado, con una voz llena de tristeza le pide al cielo que le explique cómo soltar el dolor que lo paraliza.
Yuri: Están los mundos del mundo andino. Cada uno de estos mundos está representado por un animal guardián. Estos tres mundos, estos tres estados que también representan pasado, presente y futuro en tu vida todo el tiempo están interconectados. Tú no puedes tener un presente real si no estás en paz con tu pasado, porque tu pasado en algún momento va a venir y se va a aparecer. Para tener un presente real, hay que estar en paz con el pasado y de esa manera tendremos un futuro abundante. En el mundo andino para nosotros lo más importante es el presente, el mundo del puma, kay pacha, el ahora, la acción. Es ahora donde perdonas a tu hermano que te daño, no atrás, no adelante, hoy, entrar en paz con tu pasado hoy. Y es hoy donde sueñas, donde diseñas, organizas tus sueños a futuro, es hoy no hay otro tiempo.
Juan Diego: Qori se estremece al escuchar la voz después de tanto tiempo y por un momento, se permite volver a pensar en el primer sueño que tuvo al llegar a la tierra. Se emociona al recordar y fantasear con volar hasta el sol, pero pronto la tristeza se vuelve a posar sobre su mirada y decide regresar a dormir. Con ojos cerrados Qori comienza a sentir el calor de los primeros rayos que despuntan el alba.
Yuri: Toma tu lugar.
Juan Diego: Qori se levanta de un brinco y se encuentra con que el sol ha salido a su encuentro. Por primera vez en mucho tiempo, el colibrí decide sentarse a contemplar el amanecer. Con cada rayo que lo alcanza piensa en sus propios miedos y piensa también en el amor incondicional del Taita Inti que sin importar lo que pase, cada día sale, cada día está, cada día encuentra la fuerza para llenar de vida la tierra y a sus hijos.
Yuri: Toma tu lugar. Lo que sobran son excusas para no tomar tu lugar. Como dicen los abuelos andinos, toma tu lugar. Toma tu silla de una vez, o tuviste una infancia mala, una adolescencia terrible. Está bien, te amo, pero ya toma tu lugar. Toma tu lugar. Es tiempo que tomes tu lugar. Te lo mereces.
QORI: Yo solo quiero ser feliz.
Yuri: Rebélate contra ti mismo. Algo está pasando. No es tu culpa y no es tu culpa. Son energías pesadas que están en ti, algunas que has permitido tú y otras que no pudiste evitarlas porque eres un niño, pero ya es tiempo. Tal vez te quedan 20, 50, 40 años de vida y tienes derecho a estar en paz es que tienen derecho a estar en paz. Y sí, es posible, si es posible.
Juan Diego: Qori contempla la magnificencia del Taita Inti y decide al fin escuchar el llamado de su alma. Ese día volará hasta el punto más alto de los cielos para ver de cerca el rostro del sol. Pero Qori sabe que los colibríes no pueden volar tan alto y que solo el cóndor está autorizado de subir a hablar con el sol en el hanan pacha.
Juan Diego: En ese momento, se le ocurre una idea y elabora el plan perfecto para cumplir su misión. Antes de partir en su última aventura, Qori visita a su hermano para pedirle perdón por alejarse de él y para contarle sobre sus intenciones de volar hasta el sol. Al ver a Qori por primera vez después de tantos años, Rumi lo abraza y le explica que no es él quien debe pedir perdón. El hermano mayor se disculpa por sus errores y respecto a sus descabellados planes, le dice con ternura y algo de tristeza:
RUMI: cuando llegues al hanan pacha, pregunta si alguien vio a mamá volando por allí..
Juan Diego:Antes de despedirse, Rumi le da a su hermano menor algunas flores para comer en el camino y le pide que tenga mucho cuidado.Los hermanos se abrazan por última vez y Qori parte. Pasado el mediodía cor y se dirige a la montaña más alta de todas para cumplir con el primer paso de su plan: encontrar al gran cóndor. Cuando siente que la altura lo hace desfallecer, come las flores que rumi le regaló. Después de un largo, recorrió hasta la cima y cuando Qori cree que ya no podrá seguir subiendo, finalmente lo ve: acostado imponente sobre un risco yace el sagrado Kuntur de los andes. Con sumo cuidado de no hacer ruido Qori se desliza por el aire y sin ser detectado, se esconde entre el plumaje del gigante alado. Con la respiración temblorosa Qori aguarda allí hasta que el abuelo cóndor se despierte y emprenda su viaje al Hanan Pacha.
Juan Diego: El primer movimiento del ave lo aterra. Qori se aferra a las plumas del cóndor con su pico mientras éste comienza un fuerte y parsimonioso aleteo. Con cada sacudida Qori tiembla y usa todas sus fuerzas para sostenerse y no caer al vacío. El cóndor sube, sube y no deja de subir. Después de un largo vuelo, sin embargo, el aleteo se detiene. Y el ave comienza a planear en silencio. Qori había intentado no mirar hacia abajo en todo el vuelo, pero cuando siente la quietud del cóndor, comete el error de hacerlo, mira hacia abajo y siente que el corazón se le va a estallar, pues el ave ha volado tan alto que la tierra parece estar haciéndose pequeña. Aún temblando Qori se reacomoda las plumas para tratar de ver hacia adelante.
Juan Diego: Cuando lo logra, no puede creer lo que sus ojos están mirando: en un vacío de oscuridad se observa una gigante bola de fuego que se hace más grande con cada segundo que pasa. El Taita Inti luce como un gigantesco orbe rojizo cuyas explosiones de fuego irrigan vida a su alrededor. Hipnotizado por el espectáculo de luz, Qori suelta las plumas del cóndor y sale disparado para ir al encuentro del Taita Inti.
Juan Diego: El abuelo cóndor da un graznido enojado y comienza a perseguir a el diminuto colibrí que logró engañarlo. Qori esquiva los picoteo del abuelo cóndor y siente el ardiente calor del taque que comienza a devorarlo, el colibrí siente que sus pequeñas alitas comienzan a arder y que todo su cuerpo empieza a quemarse también. Qori voltea su mirada y se encuentra con que el abuelo cóndor ha detenido su vuelo.
CÓNDOR: ¡Detente, no puedes acercarte más!
Juan Diego: Qori piensa en detenerse, pero ya nada puede evitar su encuentro con el destino. Un fuego dorado devora su cuerpo. Y después de dar un último aliento, Qori desaparece entre el rostro del padre sol. El cóndor flota solemne en el aire y siente tristeza por el soberbio colibrí.
Juan Diego: Cuando el ave se prepara para el viaje de regreso, sin embargo, escucha un aleteo metálico como ninguno que hubiese oído antes en su larga vida. El cóndor vuelve su mirada para encontrarse con el Qori Qente, un colibrí de oro que suspendido en el cielo, brilla con toda su luz y el amor del Taita Inti y del gran hacedor Huiracocha.
CÓNDOR: Confundido, el cóndor le pregunta: ¿Cómo hiciste eso? El Qori Qente lo mira con ternura y con una voz profunda y familiar le dice:
Yuri: no importa cuán pequeño seas para el juzgamiento humano. No importa cuánto hayas sufrido, no importa cuántos más o menos recursos tengas. Lo más importante es tu corazón. Cuántas veces estás dispuesto a que tu corazón lata para cumplir tus sueños, para sanar, para perdonar y para pedir perdón. ¿Cuánto? Cuánto y por eso hoy en día es el tiempo, para mí del colibrí no hay excusas.
Juan Diego: A partir de ese día, el Qori Qente, ese colibrí rebelde y valiente que se atrevió a desafiar sus limitaciones y decidió hacerse uno con la chispa del creador, se convirtió en el cuarto animal sagrado de la cosmovisión andina. Desde ese momento al Quintu de hojas de coca, antes conformado solo por tres hojitas, se añade una más: la hoja de coca que honra el valiente vuelo del colibrí de oro.
Juan Diego: Este podcast es producido de manera independiente por Juan Diego Beltrán y Angélica Daza. Si deseas contribuir a la construcción de esta comunidad, puedes volverte Patreon o donar en nuestra campaña de Vaki. A cambio de tu apoyo, recibes una gran variedad de beneficios exclusivos. Puedes encontrar los links para sumarte al Ayllu pensamiento espiral en la descripción del episodio. Tu contribución será usada para continuar tejiendo el conocimiento y ampliando el alcance de la sabiduría ancestral.